Desde el principio de su ministerio, Jesús enseñó acerca del Reino de Dios. En la oración modelo, Él les enseñó a sus discípulos a orar: «Venga tu reino». Esta petición era para que el Reino de Dios se hiciera realidad en los corazones de cada una de las personas que estuvieran dispuestas a hacer la voluntad de Dios. Por lo tanto, cuando nosotros oramos «venga tu reino», declaramos que nuestro Padre reinará en el mundo entero y, a la vez, intercedemos ante Él de modo que todo ser humano le reconozca como Rey de su vida.
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